miércoles, 14 de mayo de 2008

Israel cumple 60 años




Por Eugenio García Gascón

Los israelíes judíos creen que es un milagro que su Estado se haya sostenido durante 60 años y están dispuestos a que viva otros 60. Su incontestable potencia militar les garantiza el presente y el futuro sin que ningún país de la zona, incluido Irán, represente una amenaza vital para su existencia.

Desde el 14 de mayo de 1948, Israel se ha transformado de un país espartano en uno con una economía boyante reconocido erróneamente por Occidente como un baluarte occidental en el océano de fundamentalismo e inestabilidad con que se caracteriza al mundo árabe.

Israel, sin embargo, es un Estado lleno de contradicciones, donde la religión y el nacionalismo viven en estado puro y cada vez son más decisivos. Un país donde ser judío -y lo son tres cuartas partes de sus siete millones de habitantes- te abre todas las puertas, mientras que no serlo te las cierra, y donde la corriente mayoritaria ahoga y margina con saña cualquier disidencia.

Una buena señal de los últimos años es la irrupción de la nueva historiografía israelí, una historia objetiva que no es compatible con la que se ha escrito hasta ahora. En total, los nuevos historiadores apenas han publicado una decena de libros, frente a los millares que forman el bagaje de la historiografía sionista tradicional, basada en la omisión, cuando no directamente en la mentira.

La guerra entre unos y otros es enconada y no se ahorran odios, aunque en Israel la nueva historiografía no tiene muy buena entrada y en los colegios se siguen enseñando los mismos temas y enfoques que aplicó el primer sionismo.

El escándalo de la ‘naqba'

Recientemente, la ministra de Cultura trató de introducir en el currículo escolar el concepto de naqba, que significa "desastre nacional" y es la palabra que los palestinos utilizan para referirse a la tragedia de 1948. El escándalo fue de tal envergadura que la ministra tuvo que dar marcha atrás.

Tal vez a algunos les pueda parecer irónica la nula sensibilidad del sionismo respecto a los palestinos, máxime si se tiene en cuenta que este mismo sionismo presiona a Occidente para que se enseñe más y más el Holocausto en los colegios y universidades de todo el mundo.

El último volumen de la serie de los nuevos historiadores, recién traducido al español, es La limpieza étnica de Palestina. Su autor, Ilan Pappe, fue profesor de la Universidad de Haifa hasta el año pasado, cuando se marchó al Reino Unido. En Israel le hacían la vida imposible y Pappe se tomó en serio las amenazas. Cuando iba a la cafetería de la universidad todo el mundo se levantaba y la abandonaba como si de un apestado se tratara.

La sociedad israelí judía es diversa en cuanto a la enorme influencia de la religión y el sionismo, pero al mismo tiempo es compacta y apenas presenta algunas pequeñas grietas que no amenazan la sólida estructura de un Estado extrañamente variado y uniforme al mismo tiempo.

El israelí medio es un judío cuya vida está marcada por la religión y el sionismo desde que nace hasta que se muere. La máxima latina "Soy hombre y nada humano me es ajeno" se ha adaptado en Israel a "soy judío y nada judío me es ajeno". Lo demás le importa muy poco.

Burbuja judía

Un buen ejemplo es que la prensa hebrea apenas da noticias del extranjero. Y no digamos la televisión. El diario de mayor difusión, el Yediot Ahronot, que se vende bastante más que todo el resto de la prensa junta, rara vez da una noticia internacional. Y, cuando la da, suele ser de la guisa de: "Madonna practica la cábala" o "¿Se ha convertido Madonna al judaísmo?". "Michael Jackson es un antisemita" o "Crece el antisemitismo en el mundo" son otros ejemplos. Se puede generalizar sin riesgo de errar que los israelíes viven encerrados a cal y canto en una burbuja judía, en un gueto sionista impermeable.

Es cierto que en ocasiones, de vez en cuando, se produce alguna disidencia, como cuando un pequeño grupo de soldados denuncia los abusos que el Ejército practica con los palestinos, o cuando ocho o diez personas, no más, se manifiestan delante de la residencia del primer ministro. Son acciones solitarias que tienen alguna repercusión en el extranjero porque la prensa tiene que escribir de algo. Pero su incidencia en Israel es nula.

domingo, 4 de mayo de 2008

El comienzo filosófico de la caída de Palestina y su Capital Jerusalem




Suhail Hani Daher Akel
www.suhailakeljerusalem.com

A principios del año 1897, fueron realizados serios preparativos por parte del lobby europeo judío para llevar a cabo la primera Conferencia Sionista en Munich, Alemania. Cuando las invitaciones oficiales se enviaron, los judíos se enfadaron y declararon su indignación. La Prensa Judía Alemana consideró la Conferencia como una traición y los Rabinos deploraron el evento. Por consiguiente el lugar de la conferencia fue trasladado a la ciudad de Basilea, Suiza.

La Conferencia encabezada por el húngaro-judío Theodor Herzl , fue convenida en la ciudad de Basilea del 29 al 31 de Agosto de 1897 y participaron 204 miembros judíos, representando a 15 países, entre ellos 1 árabe judío de Argelia. Los judíos de Palestina no participaron y se opusieron.

Finalizada la reunión, el programa colonial sionista de la Conferencia detalló los medios para lograr su objetivo:

Impulsar el asentamiento en Palestina, especialmente de granjeros y artesanos.
Fundar establecimientos públicos y locales apropiados para organizar y reunir a los judíos, de acuerdo a las reglas válidas en cada país.
Revivir el sentimiento nacional judío.
Adoptar los pasos preparatorios aprobados por los gobiernos para volver realidad los objetivos Sionistas de un Estado judío en Palestina.
Adaptar una bandera con la estrella de David y un himno.
Adaptar la recolección de dinero de gobiernos amigos y de los judíos del mundo.

La Conferencia también fundó la Organización Sionista Mundial y eligió a Herzl como su presidente. Ratificó la constitución, estructura, número de miembros de la organización y otorgó el derecho de miembro a todos los judíos abarcados por el programa de Basilea, pagando estos una abultada cuota anual.


El periodista Theodor Herzl, aseguró este programa colonial en su diario personal: “Si quisiera resumir el objetivo de la Conferencia de Basilea en una sola palabra – una palabra que no voy a pronunciar abiertamente - diría: en ésta conferencia, he sentado las bases de un Estado Judío”. Además, Herzl, escribió en su libro Der Judenstaat (Estado Judío) en 1896: “colonizar Palestina; federar y judaizar a los judíos; reafirmar el sentimiento nacional y gestionar la suficiente presión sobre los gobiernos para alcanzar el objetivo sionista”.


La Conferencia de Basilea fue considerada un punto fundamental de giro en la historia de la ideología sionista y trabajó en dos frentes: Primero: el frente local, dirigido a anteceder sus disposiciones y a ganar la fidelidad del mundo judío. Segundo: el frente externo, dirigido a lograr el apoyo del movimiento colonial europeo, para la creación del Estado judío en Palestina.


Pronto, la maquinaria propagandística encontró asidero en la publicidad y sentó el programa sionista de Basilea y la decisión principal tomada: “el propósito principal del sionismo es crear una patria para los judíos en Palestina, procurada por el Derecho Público.”


Después de 51 años, el 15 de mayo de 1948, los sionistas crearon con la fuerza de su terrorismo al Estado de Israel sobre la tierra Palestina, la masacre y el exilio de su pueblo palestino.


Desde 1948 hasta el 2008, pasaron 60 años y los sionistas-israelíes, sobre la base del terrorismo de Estado, siguen negando el derecho legitimo del pueblo palestino a su Estado propio, el retorno de los refugiados, el derecho sobre Jerusalem y su libertad.


El 10 de Noviembre de 1975, el sionismo fue condenado por Naciones Unidas en su Resolución 3379, como “Racismo y Expansionismo”. Fue demasiado tarde.

Mayo de 2008

(*) Suhail Hani Daher Akel es ex Embajador del Estado de Palestina en la Argentina


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